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francotiradordelcauto

La llamada disidencia en la Bienal de La Habana

Riflexiones

Mientras que el gobierno cubano no admita como posible la pluralidad de ideas o la diversidad de criterios en la construcción del socialismo en Cuba la palabra disidente no desaparecerá de nuestro léxico político.

Resulta hasta ridículo que un país como el nuestro, que durante cinco décadas se ha empeñado en construir una nueva sociedad, a pesar del protagonismo reaccionario del imperio norteamericano, sobrevalore a ultranza un hecho insignificante realizado en una de las sedes de la actual bienal de La Habana; y cuando hablo de insignificancia me refiero al hecho en sí y a su exigua participación protagónica.

Si un edificio está en ruinas, cualquiera se atemoriza cuando ve caerse un ladrillo; pero si el edificio es sólido ¿Dónde está el temor porque haya un sector de la población que disienta o se oponga al resto de la sociedad? Desde hace rato en Cuba es un hecho consabido que no hay un ciento por ciento de asentimiento de la población hacia la política del gobierno.

¿Existió alguna vez esa sociedad ciento por ciento apoyada por su población? Creernos que tal cosa es como seguir pensando que provenimos de Adán y Eva. Dejemos tales ideas para los místicos. No nos falta ninguna costilla.

La grotesca declaración del Comité Organizador de la Décima Bienal de La Habana lo que hace es favorecer al enemigo cuando califica de profesionales a los que expresaron, ya sea por iniciativa personal o por orientaciones del enemigo, sus criterios personales o dirigidos en el mencionado evento.

Lo que si me llama la atención es que la población no le haya salido al paso a tales manifestaciones en un evento que es totalmente público y tenga que ser la institución promotora del evento la que salga a la defensiva en esta situación.

La declaración oficial señala que el hecho: “Ofende también a nuestro pueblo, que ha desbordado las instalaciones y áreas de la Bienal y disfrutado de un arte inteligente, crítico y humanista, de innegable vanguardia”; me cuestionó donde estaba ese pueblo a la hora en que sucedieron estos hechos. ¿Aprobaron o rechazaron?

De nuevo una institución cultural autoproclamándose representante del pueblo. ¿Acaso fue el pueblo quien eligió a los integrantes de esa institución?,

¿Representan ellos a un sector de la sociedad o a toda la sociedad? Sería más prudente que a la hora de expresarse lo hagan a nombre de ese sector, hacer lo contrario es quitarle representatividad a las demás organizaciones sociales y políticas del país.

Conjuntamente el documento plantea que los oradores reclamaron el desgastado reclamo de “libertad” y “democracia”, consumando el comité organizador con esta afirmación una pifia increíble..

Un preso sancionado justamente por un hecho delictivo clama por la libertad; nuestros 5 héroes prisioneros del imperio luchan, y nosotros junto a ellos, por la libertad; un sector de los comunistas cubanos clamamos por la socialización de los medios de producción como única vía para alcanzar un socialismo real y una mayor libertad individual, esclavizada por el salario como en el capitalismo.

Es un hecho cierto que, teniendo o no razón,  todo el que sienta limitado sus derechos tratará de hacer patente su inconformidad cada vez que tenga ocasión; de haber conocido la posibilidad de expresarme en los micrófonos de la Bienal, y sin pertenecer a ninguna Brigada de Acción Rápida, me hubiera personado allí para clamar por más socialismo.

De haber ocurrido, quizás la declaración del Comité Organizador de la Bienal hubiera sido diferente al explicar que una manifestación de un grupo de inconformes cubanos se salió del marco estrecho en el que pedían libertades individuales, para convertirse en una exigencia nacional por profundizar más el socialismo en nuestro país.

La declaración del Comité Organizador se presta a numerosas interpretaciones políticas, por lo mal concebido de sus términos más parece un documento burgués que una ofensiva revolucionaria de nuestro pueblo. Debemos vestir con overoles a nuestros intelectuales.

En primer lugar los términos de “libertad” y “democracia” no estarán nunca desgastados. ¿Acaso nosotros los comunistas no estamos interesados en lograr el sistema con más libertad y democracia que haya existido en la historia de la humanidad? ¿Qué a ninguno se le ocurra pensar que lo hemos logrado? Ni siquiera hemos llegado a construir el socialismo.

No veo oportunismo alguno en los hechos acaecidos, porque este sector de nuestra sociedad que allí actuó se caracteriza por aprovechar cuanta oportunidad le den para dar a conocer sus ideas y opiniones. Yo más bien diría que la Bienal les facilitó la oportunidad y ellos fueron oportunos. Eso es válido en cualquier lucha política. No nos encabronemos por ello. Censurémonos la imbecilidad de facilitarle una tribuna a quienes consideramos enemigos.

Luego que si “hablaron —o actuaron más bien— para las cámaras” y le preguntó a los redactores de esta declaración quien no actúa para las cámaras hoy en día, quien en materia de cualquier índole cultural, política o económica, actúa para que nadie lo oiga. Todos queremos que las cámaras nos filmen, nos divulguen. Que sería de la vida del hombre sin la comunicación.

Se agobian y califican la acción realizada como un acto no cultural. Cuestiono si esa acción política la realizaron sus protagonistas pensando hacer una manifestación cultural. Curioseo más, ¿que actividad en Cuba en estos 50 años no ha sido una actividad política, ya sea deportiva, cultural, económica, social?, hasta ir al zoológico en Cuba es una actividad política. Por lo tanto no descaractericemos al enemigo cuando intentan lo que nosotros estamos cansado de hacer.

¿Acaso la Bienal no es una actividad político cultural? ¿No hay allí ideas? ¿Acaso las ideas no pertenecen a determinado espectro político?

Debemos enfrentar a los enemigos del socialismo con ideas, no con calificaciones absurdas. Tanto derecho tiene a hablar un comunista como el que no lo es. Ya el tiempo descaracterizará a quien actúa por intereses mezquinos y personales de aquellos que lo hacen por su sociedad y su pueblo de forma altruista. Hay más tiempo que vida y se equivocan aquellos que pretenden apresar el tiempo en el corto espacio de vida que les pertenece. La historia de la humanidad ha demostrado que las mejores ideas son las que permanecen.

El documento del Comité organizador se contradice cuando afirma que “resulta particularmente ofensivo que usen el espacio libre y plural de nuestro evento”;  porque si aseveran que es libre y plural tienen derecho a manifestarse allí todos los cubanos.

 Si el que participa lo hace orientado por el enemigo que se tomen las medidas legales pertinentes, si es que tienen los elementos probatorios; de lo contrario deben advertir que el evento no es libre ni plural, y que solo tendrán acceso al micrófono aquellas personas con determinado cariz político. De lo contrario, pasado mañana volverá a ocurrir lo mismo.

Ahora me detengo un poco en los hechos. Si los organizadores de la Bienal no se percataron de lo que iba a suceder deben ponerse una piyama blanca y comenzar a chupar caramelitos de palito en el portal de cualquier institución para minusválidos.

La artista Tania Bruguera es conocida por sus exposiciones explosivas, chocantes, sugerentes, irrespetuosas, irreverentes, irreprochables.

En enero Bruguera protagonizó una audaz representación en el Tate Modern de Londres, cuando la policía montada entró al museo y enfrentó a atónitos presentes, dándoles la vuelta en sus caballos para acorralarlos y controlar sus movimientos. Bruguera estaba entre los asistentes, observando.

Aquí en Cuba no podía hacer tal cosa, porque los caballos nos los comimos durante el periodo especial.

Bruguera también protagonizó otra desconcertante performance el diciembre pasado durante el  Art Basel en Miami Beach en la Fundación de Arte Cisneros Fontanals (CIFO).

Varios invitados fueron llevados al azar a un salón lleno de imágenes históricas de muertos y un guardia del museo los interrogó sobre "por qué tanta gente quiere asesinar al presidente Barack Obama’’.

Aquí tampoco podía hacer eso, porque la CIA ha fracasado en todos sus intentos de asesinar a nuestros líderes.

Veamos entonces el marco en que se producen los acontecimientos.

Según las agencias de prensa que estuvieron presentes Bruguera montó un podio frente a una cortina color ocre con un micrófono en el Centro Wilfredo Lam, un espacio oficial de exhibición. Dos actores en uniforme del Ministerio del Interior, institución encargada de la seguridad del estado cubano, estaban en el podio con una paloma blanca.

Si existe algo más sugerente que vengan a explicármelo. Si vas a una piscina lo más lógico es que te des una zambullida. Si vas a un bar, lo adecuado es tomarse una cerveza. Si sales con una mujer y vas a un hotel no es para hacer crucigramas. Si llegas a un lugar y están ridiculizando a una institución cubana, aquel que tiene algo en contra se manifiesta.

A renglón seguido Bruguera invitó a la gente en la audiencia --el salón estaba repleto-- a tomar el micrófono y decir durante un minuto lo que quisieran.

Agregan las agencias que mientras hablaban, los actores vestidos con trajes verde olivos les colocaban la paloma blanca en los hombros, lo que se interpretó como una referencia burlona al histórico discurso de Fidel Castro el 8 de enero de 1959, cuando una paloma blanca se le posó en el hombro. Ya aquí hay irreverencia por parte de la expositora.

Pero además, un hombre con una capucha negra se acercó al micrófono, se la levantó ligeramente, lo que reveló una rala barba canosa, e imitando la voz de Fidel Castro dijo: "Creo que hay que prohibir esto’’.

No veo en toda esta situación nada natural o espontáneo y si creo lo que dijo la artista que “lo que yo estaba haciendo era dar mi espacio a otros’’.

No se si los del comité organizador de la Bienal habían autorizado a la artista a “brindarle su espacio a otros”, o le advirtieron que la Bienal es solamente para que se expresaran los artistas. No veo en la declaración de esta institución una censura a la actitud de la artista, que fue, quien en definitiva, facilitó todo este jolgorio, y quien afirmó que lo sucedido “en realidad, estaba fuera de mis manos, y me parece bien’’.

Por la información conocida, lo que dicen las agencias de prensa extranjeras y la penosa declaración oficial, queda muy oscura toda esta situación. Existía la intención de expresarse contra nuestro gobierno de una parte, y por la otra se les facilitaron a los protagonistas de los hechos la tarima adecuada.

A mi, sinceramente, no me preocupa que un grupo de personas quiera exponer sus opiniones, pero si me llama mucho la atención que hayan logrado, instantáneamente, un respaldo internacional.

El caso contrario ocurre con las ideas por un socialismo democrático, participativo y decisorio, que no tiene ese respaldo en el exterior y es ignorado caballunamente por las instituciones oficiales de nuestro país.

Lástima que los intelectuales del Comité Organizador sean tan sectoriales al final de su documento, ahora sí no hablan a nombre del pueblo, sino que aplauden  el espacio de rebeldía anti hegemónica, de herejía y auténtica disidencia que conquistó definitivamente la Revolución Cubana para los artistas de Cuba y del mundo.

Hijos ¿y la clase obrera qué? Tendrán que hacerse artistas y con ello poder ser anti hegemónicos, herejes y disidentes para conquistar el verdadero socialismo.

 

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