Más sobre los vikingos del Caribe

 RIflexiones

Hace una semana comentaba de las regulaciones, prohibiciones y coyundeo existente contra los pescadores con embarcaciones privadas al Norte de La Habana.

Ayer,  uno de ellos me explicaba, que tras esos comentarios, la realidad fue para peor, porque a partir de esta semana, además de prohibir la circulación a 250 metros de la costa, quedó vedado terminantemente pescar con palangre desde el Rio Almendares hasta el Puerto de La Habana.

Ello equivale a que cuando usted lanza al mar un palangre en Jaimanitas, antes de llegar a la desembocadura del Rio Almendares debe izarlo, navegar hasta el Morro de la Habana y volver a lanzarlo al mar. ¿Quieren cosa más absurda?

¿La justificación? Nada más y nada menos que –según dice Capitanía del Puerto-  un buque mercante  enredó con su hélice uno de esos palangres criollos, que daño alguno pueden hacerle a una enorme propela de un mercante.

Recuerdo, que cuando el comercio de Cuba estaba a todo tren y la entrada de barcos al Puerto de La Habana estaba en su punto más alto, se pescaba con palangres en esa zona y si un mercante se llevaba el palangre, la pérdida era para el pescador.

Nadie nunca protestó, ni siquiera el pescador propietario del palangre que es el más afectado, pues conseguir nylon, anzuelos y boyas para confeccionar otro es en Cuba como buscar agua en el desierto. Ahora que entra un barco de pascuas a San Juan es que se toma la medida.

Nada, que esto va pa´pior, como dice el gallego. Nadie vino a discutir o a analizar con los pescadores la situación en ciernes, ni las posibles medidas a tomar. Nunca lo han hecho.

¿Por qué no se toman medidas particulares contra los pescadores que lanzan palangres  con poca profundidad de los reinales! ¿Por qué tienen que pagar justos por pecadores? Que pague quien peque.

Las medidas, casi siempre,  son absurdas.

¿Saben? Es obligatorio para cada propietario de embarcación poner un candado cuando atraca en el muelle, con la supuesta intención de que el bote no pueda ser robado.

¿Creen ustedes que los pescadores van a una tienda de Trasval, las más caras del país, a comprar una cadena y un candado inoxidable que cuesta el ojo de una cara? Sencillamente, no. Buscan una cadena de hierro y un candado de a tres por kilo y lo ponen a la embarcación para dar cumplimiento a la medida.  Resultados: al año, tanto la cadena como el candado, son inservibles, pero se siguen usando. EL problema es cumplir con una medida tonta.

Ese tema se trató en las últimas reuniones y el funcionario de Guardafronteras advirtió que la responsabilidad por el hurto de la embarcación recae directamente en el propietario por no tomar las medidas pertinentes.

Es decir, que el propietario es responsable de la actitud y la acción de los ladrones y de paso son afectados por la ley de ajuste cubano, porque todo el que se roba un bote pone proa a Miami. ¿Quieren algo más absurdo?

Otra medida mencionada por este funcionario se relaciona con las embarcaciones estatales que son dadas de baja. Según explicó, existe la prohibición de que las mismas sean vendidas a pescadores particulares. Estas se desguazan  o se hunden en el océano y casi siempre son barcos de más porte y en mejores condiciones que los chalupines en los que los pescadores nuestros se hacen a la mar.   ¿Quieren otro absurdo más grande?

Y si dedico tiempo a estas cosas rutinarias de la vida es para preguntarle al estado si este tipo de socialismo perdulario durará por mucho tiempo.

Leyendo y analizando escritos de Lenin cuando la instauración de la Nueva Política Económica en La Unión Soviética este explicaba el 12 de enero de 1922 sobre el papel de los sindicatos en esa fase del desarrollo del socialismo donde subsiste indiscutiblemente, como ahora en Cuba, el antagonismo entre los intereses de clase del trabajo y el capital.

Por ello, decía Lenin, una de las tareas más importantes de los sindicatos, durante el periodo de la Nueva Política Económica (NEP),  es defender  en todos los aspectos y por todos los medios, los intereses de clase del proletariado en su lucha contra el capital.

Y puntualizaba que esta tarea debe pasar a ocupar, en forma abierta, uno de los lugares más destacados; el aparato de los sindicatos-decía- debe ser reconstruido-modificado o complementado-   organizando comisiones para el arbitraje de conflictos, creando fondos para casos de huelgas, fondos de ayuda mutua, etc.

 Agregaba que los sindicatos en esta etapa de la construcción del socialismo, donde las empresas  no pertenecen al obrero sino al estado, en una situación donde  se admite y desarrolla el libre comercio y las empresas del estado  pasan a regirse por el principio comercial para aumentar la productividad, trabajar sin perdidas y ser rentables, “engendran de manera indefectible cierta contradicción de intereses en lo referente a condiciones de trabajo  entre la masa obrera y los directores, los administradores  de las empresas estatales o los departamentos a que pertenecen”.

Y cito los sindicatos, porque de igual manera deben actuar las asociaciones e instituciones estatales  que agrupan a parte de la población, como es el caso de las bases de pesca deportivas cubanas, que  ni pintan ni dan color cuando suceden estas arbitrariedades  a las que me he referido.

Por lo que debe quedar claro, desde el punto de vista de la teoría marxista leninista, que los sindicatos y las asociaciones e instituciones a las que pertenece la población,  tienen la obligación de defender los intereses de sus integrantes , de contribuir dentro de lo posible a mejorar sus  condiciones materiales de existencia, corrigiendo constantemente en la vida cotidiana los errores y excesos de los organismos e instituciones estatales; errores y excesos que son –según Lenin- “una manifestación de la deformación burocrática del aparato del estado”.

Si los afectados, en este caso los pescadores, siguen aceptando y rumiando por los pasillos todas estas arbitrariedades sin oponer resistencia alguna  y nadie les da apoyo para hacer valer sus derechos, entonces de nada vale seguir comentando sus pesares.

Otras medidas absurdas continuarán llegando.

El Francotirador del Cauto

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