Y ¿de que nos quejamos?
Riflexiones
Busco afanosamente en los medios de prensa internacionales cuáles son los eventos más remarcables del año 2009 y al leerlos siempre en ellos interfieren los gustos y opiniones, por lo que al hacerles esta selección me ayudo de mis frustraciones y aspiraciones, no le quede lugar a dudas sobre ello.
Para mí, un hecho muy positivo de este año que se va lo constituye todo el proceso nacional liberador que tiene lugar en América Latina: Chávez radicaliza la revolución venezolana y Correa y Evo Morales, en Ecuador y Bolivia, siguen su marcha positiva para lograr una mayor justicia social a pueblos centenariamente marginados de tales privilegios.
El Salvador y Uruguay también se encarrilan a este proceso al salir vencedores, en elecciones democráticas, antiguos líderes de izquierda que intentaron alguna vez llegar al poder mediante la lucha guerrillera.
Honduras y México marcan el lado negativo de nuestra América, cuando en el primero los fascistas se adueñaron del poder con la ayuda de los halcones rubios del norte. En la tierra de Juárez, más de siete mil personas han sido asesinadas como resultado de la lucha contra el narcotráfico; mientras, entre los consumidores norteamericanos de la droga, salvo las rencillas normales entre los carteles que controlan la distribución, solo se reportan algunas muertes por sobredosis de estupefacientes. México paga caro el pato de un fenómeno propio de la Norteamérica viciosa.
Si miramos a la otra parte de nuestro hemisferio, esa del lenguaje prepotente y guerrerista, vemos que más que un año de crisis económica fue el año del destape, pues millones de personas han comenzado a darse cuenta de que el modo de vida norteamericano también tiene pies de barro.
Si alguna duda le queda pregúntenle a los estafados en el caso Madoff, que perdieron los ahorros de toda la vida a manos de un gánster de cuello y corbata. Pueden preguntarle además a todos aquellos que pasaron a formar parte de los sin viviendas, o a los desempleados enrolados en el ejército o en los diferentes grupos de mercenarios con destino a Iraq y Afganistán para poder capear el temporal.
NI hablar del subsidio a los bancos para tratar de apuntalar una economía derrochadora y deudora. Estados Unidos también es religioso y le debe a las diez mil vírgenes.
Lo más espectacular en la vida norteamericana durante el 2009 ha sido, para romper records, que un presidente, justo al apropiarse de un Premio Nobel de la Paz, envíe 30 mil soldados a masacrar a otra población. Cosas veredes Sancho, dijo el Quijote y ya lo estamos viendo.
Pero, bueno, que podemos decir del terruño. Abrimos y cerramos el año con las mismas expectativas y nuestra Asamblea Nacional no acaba de aprender a hablar. Se me ocurre para el año próximo crear una Asamblea en la WEB, nombrar delegados por provincias y comenzar a legislar para ayudar a los mudos del patio.
Es indiscutible que el estado cubano está decidido a entregar la tierra al que la trabaja, pero la burocracia ha obstaculizado este proceso; como es incuestionable también, que la burguesía del patio juega la carta al carisma y no a las opiniones socialistas que emanan de su pueblo, es como discursear con el sol de frente, lo que no te permite distinguir a los espectadores.
A pesar de todo lo que nuestra prensa parlotea, la educación y la salud publica sigue en franco deterioro, porque lo importante no es que pongamos nuevas tecnologías a disposición de la población, sino hacer de nuestros hospitales y policlínicos lugares higiénicos y eficientes. Potenciar al médico de la familia, ese profesional destacado del barrio, que cuando orienta análisis al paciente solo logra que el policlínico cumpla al 50 por ciento de lo solicitado, por carecer de reactivos o cualquier otro material necesario.
Debemos para el 2010 revisar esa tendencia actual a convertir las escuelas primarias y secundarias en campamentos militares. Allí donde el educador grita y ordena, solo se obtienen soldados y no pensadores. Nos pasamos la vida citando a Martí y no emulando con él.
La producción agropecuaria este año experimentó una mejoría. Los agros están más surtidos, con menos baches de alimentos, pero los precios suben y suben, mientras los salarios se deprimen y se deprimen.
Radio Bemba se deteriora y provoca frustraciones populares. El rumor antes de la última sesión de la Asamblea Nacional pronosticaba innumerables cambios que no sucedieron, es que es más, nada sucedió. Debe ser culpa del enemigo, que anda creándonos aspiraciones inmerecidas, o debe ser que nos estamos reblandeciéndonos ideológicamente, para ello prometo incrementar los círculos políticos para el año próximo y hacerme también el sordo para no escuchar a Radio Bemba. Esto último parece ser la posición más adecuada, porque es lo que caracteriza a nuestra burocracia actual.
El mundo quiere que todos comencemos a pensar en el cambio climático, pero como dije hace unos días, hay más gente que muere por cosas ajenas al clima que por un poquito más de calor en la atmosfera.
Mi posición no deja de ser un problema cultural, aquí el que no tiene de congo tiene de gallego, ambos brutos por naturaleza. Creo que es importante pensar en el mundo que dejaremos a nuestros hijos y nietos, pero es una ilusión especular que podemos obligar a los poderosos a hacer lo que queremos solo intentando crearles conciencia del fenómeno. La lucha al estilo de Al Gore se me asemeja a una campaña presidencial.
Vayan a Iraq o a Afganistán a preguntarle a ese pueblo si le temen más al calentamiento global o a los aviones no tripulados norteamericanos que los bombardean a diario. Desearía que Gore incluyera eso en su campaña.
Ya ni siquiera podemos irle a preguntar a los mexicanos asesinados por la lucha contra la droga en ese país, si los mató el sol, una inundación, la sequía o una ametralladora hecha en el primer mundo.
Arreglemos el presente para que un mundo mejor sea posible, porque pensar que el mundo al final desaparecerá solo provocará que nos hagamos hippies y nos dediquemos al amor libre, bueno esto último válido para aquellos que aún les funcione el instrumento.
Si ya en la tierra 363 especies entraron en la lista roja de peligro de extinción y nadie hace nada, pues que no me vengan a entretener con cuentos de caminos. Si entre nosotros, los cubanos, somos incapaces de ponernos de acuerdo para construir una sociedad socialista, democrática, participativa y decisoria ¿cómo podemos convencer a los países capitalistas que dejen de matar al planeta? El bobo de Abela murió hace rato.
Y si siguen con esa letanía de que el mundo se va a acabar, si mantenemos en la televisión un programa como La Mesa Redonda, que nos explica lo jodido que anda el mundo, y lo bien que estamos nosotros los cubanos, entonces, como dijera Elpidio Valdés: ¿Compatriota, de que nos quejamos? francotiradordelcauto@yahoo.es
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