¿Qué clase de ciudadano cubano es usted?
Parodiando a Cervantes: y el Quijote púsole a Sancho una venda en los ojos y tapones en los oidos y sentenció: no más cosas veredes Sancho que pueden hacerte daño.
Riflexiones
Hace poco más de una semana que concluyó en nuestro país el Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior y como los habitantes en el interior no fuimos invitados solo conocemos lo que la prensa nacional reflejó sobre el tema.
Estupor puede causarle a algunos, por ejemplo, las palabras, ultimamente algo desfasadas, del Presidente de nuestro Parlamento, quien parece padecer de una amnesia profunda e irreversible.
Resulta que ahora, despues de cinco décadas, parte de la lucha contra el bloqueo y la soberanía nacional se ha trasladado a aquellos que por fallo propio, decidieron no correr los riesgos de hacer el socialismo a 90 milllas del imperio.
“Ustedes saben -afirmó Alarcón-que la guerra económica que se le hace a la Patria y a todos los que habitan este archipielago se mantiene exactamente igual que en el pasado”…El propósito de esa guerra económica era castigar al pueblo cubano por apoyar a Fidel Castro, causándole hambre y sufrimientos, lo que constituye el carácter criminal de esa política”.
Lo que obvia o omite expresamente Alarcón es que precisamente esos emigrados que lo escuhan ahora, chancletearon de Cuba para evitar las consecuendcias de esa política imperialista a la que él se refería, salvo las excepciones de aquellos que se fueron por oponerse políticamente a la Revolución.
Es por ello que no me explico que el lema principal de ese encuentro sea contra el bloqueo y en defensa de la soberanía nacional, que para mi nunca ha dejado de ser un patrimonio inexcusable del que decidió echar pie en tierra en la isla y capear a capa y espada todo el temporal imperialista en estos cincuenta años.
Y aclaro que soy de los que rubrica cualquier idea que establezca que un cubano sigue siendo cubano en cualquier lugar del universo que esté, pero a cada cual debe darsele lo suyo.
Y es que el tema de la emigración cubana en lugar de ser un asunto humanitario, lo convertimos nosotros y nuestros enemigos cada vez más en un problema político, y esos que participaron en ese evento asi lo deben asumir, y aceptar que si en el imperio hay engaño y falsificación de la realidad cubana, podemos decir entonces, que los cubanos de adentro vivimos en lo real maravilloso, que no es más que la realidad virtual que nos tratan de inculcar nuestros políticos.
Veamos el camino que recorre la culpa:
1. Está el cubano que se fue, por la razón que fuera, y que solo puede venir a Cuba si muestra una actitud complaciente hacia las autoridades cubanas, con tal de ver a su familia y compartir un tiempo en su patria.
2. Está el cubano que se fue, por la razón que fuera, y que persiste en sus ideas antisocialistas y pro capitalistas y que no tranza ni un ápice con el estado cubano. Ese no quiere viajar al país y está hasta en contra de la ayuda que la comunidad envia a sus familiares.
3. Está el cubano que se fue porque era facista y durante 50 años ha participado en actividades terroristas contra Cuba, ha colaborado con la CIA, con la NED, y hasta con el diablo por tal de que Cuba regrese al 1959 y que sabe que si cae en el territorio nacional le dan jarabe de palo.
4.Está el cubano que se fue porque quería tener una vida mejor, porque no estaba dispuesto al sacrificio por una idea quimérica de socialismo, o temía que los yanquis invadieran a Cuba, o no soportaban las limitaciones a sus libertades civiles, en fin personas en quienes primaron los intereses individuales sobre los sociales, que nunca odiaron a su país, pero que en su momento fueron tildados de gusanos, pendejos y apatridas por el estado cubano, y que se transformaron en mariposas en la década del 90 y que en la primera década del siglo XXI ya son llamados hasta patriotas. Estos, al decir de Los Aldeanos, prefirieron vivir el sueño americano en lugar de la pesadilla cubana
5. Y está el cubano que no emigró, ese al que no le dedican encuentros en el Palacio de Convenciones, ese que aguantó el bloqueo a pie firme, que siempre ha estado dispuesto a defender la soberanía nacional, el mismo cubano que en el 2007 planteó como quería que fuera el socialismo cubano, pero que nadie escuchó, pues aún no han dado respuestas a tales propuestas.
Hasta se me ocurre aconsejarle a Pedro Campos y sus seguidores que emigren hacia el exterior, a ver si en uno de esos encuentros que se darán en el futuro con la emigración pueden ser recibidos por el canciller cubano o el jefe del parlamento y así darles a conocer sus propuestas de socialismo democratico, liberario, participativo y decisorio, del cual vienen hablando desde hace años y a nadie en la alta jerarquía del estado parece interesearle.
Y entonces podemos decir, que está el cubano que quiere dialogar con el estado las bases de un nuevo socialismo, y recibe la callada por respuesta. Con estos últimos ni quiere dialogar la emgracíon que asiste a esos eventos, ni el estado cubano.
Conocí una vez a un viejo cubano que había sido guatacón de un político rural de aquella Cuba neocolonial. Su función era durante las elecciones comprar cédulas por cinco pesos a cubanos muertos de hambre, para que votaran a favor del camajan a quien representaba.
Un día al cuestionarle si él era un hombre de derecha o de izquierda me respondió: si vas caminando del Vedado hacia Prado el malecón te queda a la izquierda, pero si vienes de Prado hacia el Vedado el Malecón te quedará a la derecha.
Me quedé atónito ante la respuesta y fue entonces que me dijo: el malecón queda al Norte de La Habana. Así es la política.
Parece que ese tipo de políticos renacen en la Cuba actual cuando oimos a Alarcón decir que la emigración ha sido siempre parte esencial de la nación cubana y de su afanosa búsqueda de la independencia y la justicia. ¿Va hacia Prado o viene hacia el Vedado quien piensa así? Ahora me desayuno conque la independencia y la justicia en el caimán hay que buscarla fuera de las 12 millas de mar territorial. Es como para solicitar de inmediato permiso de salida.
Ni remotamente me pasa por la mente comparar la emigración del Siglo XIX con la emigración a partir del 1959, salvo que consideremos la Revolución Cubana al mismo nivel que el despotismo español, y estemos ansiando que en la emigración actual estén latentes Martí, Maceo y Gómez y una pléyade de mambises que vendrán a liberar a nuestro país.
¿Es que toda la emigración cubana desde el Siglo XIX hasta ahora salió huyendo de la opresión?
Indiscutiblemente que el mencionado discurso de Alarcón está chueco.
Si la Patria ha sobrevivido, si hemos sido capaces de resistir, si pese a todo queremos avanzar, porque no veo que avancemos aún, es en primer lugar por la voluntad patrótica de nuestro pueblo, ese que no viaja al exterior, que anda a pie, que come de la libreta, que no tiene un salario acorde a su esfuerzo, que tiene que inventar el pan de cada día, el que sufre el embate de los errores de la burocracia, el que pese a la falta de respuestas aún confía en el socialismo, el que sigue pensando en el Martí melenudo, que le decía al buen Pedro que no podía pelarse por faltarle las monedillas, que le reclamaba por su trabajo las manos húmedas del barbero.
Esos cubanos de a pie, como muchos le dicen, saben que el Malecón está al Norte de La Habana, y que desde ese punto cardinal siempre nos ha llegado lo peor.
8 de febrero del 2010
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