¿Dialogar con quién?
¿Conoce usted el diálogo entre sordos?
Riflexiones
Desde hace semanas vienen desarrollándose por todo el país las reuniones previas al próximo congreso de la juventud comunista cubana y por parte alguna veo cuestionamiento de ese importante sector sobre ¿Qué socialismo quieren los cubanos?
Porque ya es hora de identificar, cuando se habla de socialismo, entre ese conocido estatista y manipulador, de aquel otro que nos legaron los clásicos, culminación de las ansias libertarias y democráticas de la sociedad.
La propaganda oficial que han desatado esas reuniones resalta la importancia de “dialogar” con la juventud, pensamiento propio de una sociedad que anda de cabeza o de pirámide invertida. No, más que dialogar los jóvenes, estos lo que tienen es que imponerse y hacer valer sus aspiraciones, deben luchar por el lugar que la juventud siempre ha ocupado en nuestra Patria y no los de simples seguidores de una generación que hace rato perdió su lozanía.
No recuerdo a Maceo dialogando, ni a Gómez, ni a Martí, los aprecio como jóvenes que se lanzaron a la manigua, convencidos de que la perorata no llevaría a nuestra patria a lugar alguno. El Pacto del Zanjón fue la culminación de un diálogo y La Protesta de Baragua un no rotundo al diálogo.
Ya va siendo hora que la juventud revolucionaria tome las riendas de nuestra Patria, como siempre lo ha hecho; a la juventud no hay que convencerla de nada, sino seguirla, porque siempre le han dado a las sociedades ese hálito de renovación que necesitan.
Si lo que se ha analizado en esas reuniones es lo que la prensa oficial refleja, indiscutiblemente que este nuevo congreso de los jóvenes comunistas cubanos nada aportará de positivo a la juventud. ¿Acaso los jóvenes no opinaron hace dos años en aquellas 215.687 reuniones donde el pueblo hizo 1.300.000 proposiciones? ¿Acaso están satisfechos con las medidas tomadas o se han olvidado de las aspiraciones de nuestra clase obrera?
Me pregunto más ¿Cómo es posible un congreso de la juventud comunista, si el Partido Comunista cubano aún no ha realizado el suyo? Que puede decir una organización juvenil subordinada al Partido, cuando, al parecer, los viejos comunistas cubanos no tienen aún una idea clara de cuales deben ser las medidas que en todos los terrenos debemos tomar para comenzar a desarrollar el socialismo democrático, participativo y decisorio al que aspiran los cubanos. ¿Acaso el Partido parece pretender que los jóvenes sean los que le dicten la línea política que deben desarollar en el Congreso? ¿Quién se lo va a creer? Entonces, ¿para que es este Congreso juvenil?
Y en estas reuniones, algunas veces concluidas por dirigentes partidarios de alto nivel, se da la dicotomía en la que si en una provincia proclaman que el relevo juvenil está asegurado, en la otra se indignan porque la juventud no está debidamente representada en los órganos del Poder Popular. ¿Cómo es la cosa, están o no están? ¿A quien creerle?
No he visto reflejado que los jóvenes se hayan pronunciado por la discriminación racial en Cuba, sería bueno, que si lo van a hacer en el conclave final, tengan en cuenta que esa no es la discriminación más importante en nuestra isla, sino la política.
Para ocupar cargos es importante y casi decisorio ser militante del Partido Comunista y además de ello, tener la disposición a inclinar la cabeza ante todas las orientaciones que caen del cielo.
Eliminar la discriminación política en Cuba favorecería la desapariciíon del racismo, entre otras cosas, porque más del 60 por ciento de nuestra población es negra y mestiza. Tienen mayoría de votos.
Si los jóvenes que están participando en estas reuniones preparatorias del Congreso fueran más aguerridos, quizás pudieran tambien plantear que ya es hora de cambiar el sistema electoral cubano, en el que se vota por una biografía, y en donde el Partido, por la izquierda, controla y domina las elecciones.
Si yo fuera joven pediría que se votara por programas. EL candidato debe presentar un programa económico y social dentro de nuestro socialismo. Si esto fuera así, los comunistas cubanos no hubieran aplazado su Congreso para las calendas cubanas, ya determiné que dejaran de ser griegas, porque los griegos nada tienen que ver con nuestros problemas.
Como se vota por una biografía, el gobierno no se ve precisado a proponer un programa económico y social que cubra las aspiraciones de amplios sectores de la sociedad. Eso, de acuerdo a nuestros comunistas oficiales, puede postergarse y sustituirse por tirar trompadas al aire, que es lo que han venido haciendo hasta ahora.
En el conclave, si yo fuera joven, pediría explicaciones del porqué las tiendas de divisas están desnutridas. Preguntaría ¿cómo es posible que aplicando un 240 % a los artículos que se venden no haya recursos para reponerlos nuevamente en los estantes?
Si yo fuera joven, quizás estuviera también tan confundido como están los jóvenes cubanos y no tuviera las necesarias referencias para cuestionarme todo lo que, ya de viejo, me cuestiono aquí.
Finalmente, si yo fuera joven, ni por la mente me pasaría que cuando los burócratas comunistas piden dialogar con la juventud cubana, solo intentan platicar para que los escuchen, porque ellos padecen de sordera crónica.
25 de febrero del 2010
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