La única solución posible
“Ustedes, y la gente de su generación, deben esperar con ilusión el día en que el marxismo no tendrá que ser ya el marxismo que nos ha tocado vivir; un marxismo proyectado a través del prisma distorsionador del atraso, de sociedades y civilizaciones atrasadas.”
Isaac Deutscher
Riflexiones
El pasado 24 de marzo apareció en Kaos en la Red un artículo de Rafael Martín titulado “El partido único, la democracia y el socialismo del siglo XXI” en el que se aborda con un prisma martiano y marxista la realidad sociopolítica cubana.
Afirma el articulista que para la construcción de nuestra sociedad socialista debemos partir de nuestras experiencias, logros y errores, divulgar la teoría y dar una posibilidad amplia de participación y pensamiento a las masas, con la máxima martiana de que “las bases de la nación nueva serán el trabajo y la libertad de expresión. Trabajar es lo verdadero y decir sin miedo lo que se piensa he ahí las dos raíces”.
Y en este buen artículo me llaman la atención los comentarios hechos por dos personajes, Erasmo y Elpidio Valdés.
Erasmo resulta chabacano y falto de visión, debe padecer de glaucoma aguda asentada en su base turca, lo que le provoca un ansia infinita de mal opinar ante cada artículo que se salga de la posición estatista de la burocracia cubana; pero lo más objetable radica en que la dirección de Kaos le permita a este sujeto que emborrone los comentarios con sus catilinarias, ello por la aparente vehemencia senil, lo que desdice de ese medio alternativo como foro para la discusión y el debate.
Y esta calificación no acepta replica, sino un artículo de fondo, en el que el susodicho Erasmo exponga cuál es su proyección para construir el socialismo en Cuba y deje de graznar como un grajo cuando otros se atreven a expresar honestamente lo que desean para su patria.
El otro personaje, Elpidio Valdés, de mucha más altura intelectual que Erasmo, peca de Dios cuando habla de “La unica solución posible”, y me pregunto si su segundo apellido será acaso Nostradamus, para de ser así nos dedique unas cuantas “centurias” para poder visualizar el mundo del futuro.
Creo que la libertad de expresión es una falacia en cualquier parte de nuestro planeta. Crecimos creyendo que estabamos construyendo una sociedad nueva donde era posible lograr tal condición, pero la historia muestra que el que confía su futuro en la libertad de acción de otros, sale trasquilado. Confiando en que se construía el socialismo en el mundo, ahora nos desayunamos que solo habiamos iniciado el camino más largo para llegar al capitalismo. Eso le pasó a los soviéticos y al resto del campo socialista, constituyendo hasta ahora una excepción el caso cubano y ello, porque tenemos aún la suerte de que nuestro Martí vive.
Y para ayudar en algo a que no sea una falacia en Cuba tal libertad es que le pido a Elpidio que no califique de elucubraciones lo que otros piensen de las medidas que deben tomarse en el caimán para salir del atolladero estatista a que nos condujo el Partido Comunista de Cuba, su dirigencia y las circunstancias históricas, esto aparte de que es erróneo acumularle al imperialismo norteamericano culpas que solo nos corresponden a los cubanos.
Yo creo, Elpidio, en la concepción de partido único para la construcción del socialismo, existan los imperialismos que existan o no exista ninguno, ahí no está el meollo de la cuestión. Yo creo en un partido unico sin organizaciones sociales, políticas y de masas pantallas dado el control que sobre ellas ejerce ese partido, con reales elecciones democráticas sin manipulaciones en el traspatio, y donde la decisión popular sea soberana para toda la sociedad. Creo que si logramos eso no hay que tenerles tanto miedo a los yanquis.
Si a lo que usted aspira es a que pensemos en los yanquis las 24 horas del día nos está haciendo un magro favor. El cubano no debe vivir en el miedo, porque eso solo permite que nos manipulen. Solo tenemos que estar conscientes del poder del enemigo y prepararnos para ello.
Para vivir tranquilos en ese aspecto debemos tener unas Fuerzas Armadas combativas y eficientes y una milicia entrenada de verdad, cosa que ha venido decayendo con el paso de las décadas, y si usted lo duda, converse con los milicianos que consideran una pérdida de tiempo el entrenamiento que reciben actualmente. Con el pueblo armado y entrenado es suficente para darles a los yanquis por…los tobillos si se deciden a agredirnos; ello, unido a una sociedad donde la propiedad esté realmente en manos de los productores, hará inexpugnable a nuestra Revolución.
Así que esos cuatro párrafos que usted dedica en sus comentarios a abrirnos los ojos para cogerles miedo a los yanquis sobran. Fidel nos viene hablando de eso hace 50 años, lo tenemos ya como reflejo virtual en el disco duro de la mente.
Usted señala que si tenemos claro la amenaza yanqui podemos entonces “partir de algunos principios basicos que nos permitan llegar a conclusiones solidas e inviolables”, para disparar como el primero “ que todas las discusiones teóricas son permitidas, siempre que no conlleve olvidar que la defensa del país, sus conquistas y la independencia están por encima de cualquier diferencia de tipo política, ideológica o personal”.
Que yo sepa, todos los que se pronuncian honestamente en Cuba y fuera de ella por consolidar el socialismo en Cuba precisamente a lo que aspiran es a eso. Pero ¿Quiere usted más amenaza a todas esas cosas que el desastre económico del país? ¿Quiere usted mayor amenaza a esas conquistas que la burocracia enquistada en todos los niveles de dirección de Cuba? ¿Quiere usted mayor amenaza a esas conquistas que el secretismo de estado que obliga al cubano a conocer lo que sucede internamente por los medios alternativos internacionales? ¿Qué pasó en Mazorra? ¿Qué pasó en la aeoronáutica civil con Acevedo? ¿Qué sucedió con la empresa Rio Zaza? ¿Cuantas otras cosas pasan que desconocemos? ¿Qué tiene que ver eso con el imperialismo norteamericano? ¿Quiere usted mayor amenaza que un pueblo desinformado? ¿Es que el partido único no confía en su pueblo para decirle la verdad? Entonces, ¿porque el pueblo debe confiar en ese partido?
Su segundo aspecto es como esa treta infantil de corre, corre, que ahí viene el lobo.
Hastiados estamos ya de que todo aquel que disiente, que tiene una opinión contraria, que no está de acuerdo con parte de una política, necesariamente está del lado norteamericano. Usted afirma que “el que se asocia al gobierno de los EEUU para llevar a cabo un cambio en el sistema economico-politico y social del pais debe ser considerado como un anexionista de nuevo tipo y el tratamiento a los mismo debe ser el de traidor al pueblo”.
Estoy de acuerdo con usted, pero ¿Qué es para usted asociarse? ¿Con pensar diferente a usted ya somos parte de esa asociación? ¿Quién determina el que se asocia, el Partido y sus órganos de seguridad? ¿Quién establece las líneas del juego? ¿Acaso los que respaldan a la Revolución Cubana en el exterior están asociados al Partido y a sus órganos de seguridad? Si el enemigo aplicara esa política podría llenar las cárceles de esos países de simpatizantes con nuestro proceso. ¿Usted, Elpidio, intenta meter miedo con esta afirmación?
Dejeme decirle que el cubano es chota por naturaleza. Hoy por la mañana estaba en casa de un electricista, de esos que trabajan por la izquierda, y me decía que en Cuba hay dos tipos de críticos, el clandestino y el legal. El clandesino es el que tiene miedo a hablar para que no lo tilden de asociado con el imperialismo. Hasta ese punto llegamos en la isla. El legal somos usted, yo y todos los que expresan su opinión libremente.
Afirma usted también que “las calles pertenecen al pueblo revolucionario, trabajador y defensor del país y sus conquistas”. Craso error, Elpidio, la patria y sus calles son de todos. Esa intransigencia lo único que ha logrado es que tres millones de cubanos hayan emigrado. Esa intolerancia es lo que provoca, que todo aquel que piense diferente al partido no pueda expresarse en las calles, eso provoca que usted crea que “la única solución posible” es la suya, la de nuestro partido, y que todo aquel que piense diferente tenga que emigrar de su patria, cuando Martí dijo que la patria era con todos y para el bien de todos.
El partido único solo es válido, Elpidio, cuando con argumentos gane la calle, se gane su espacio en la sociedad con ideas y una política económica eficiente y no con represión y mítines de repudio. Cuando ese partido comprenda que puede convivir con una parte de la sociedad que piensa diferente. Cuando ese partido no permita que aquellas personas que piensen diferente o discrepen con parte de sus decisiones, se les castigue con la pérdida de su trabajo, o se les exponga a un mitín de repudio. Cuando ese partido no obligue con sus acciones que a aquel que discrepe no le quede otra alternativa que emigrar o asociarse con el enemigo para subsistir y hacer valer sus ideas.
Una sociedad se hace fuerte si con argumentos y su voto soberano les demuestra a una minoría que están equivocados, y que deben aceptar el voto de la mayoría, eso es democracia socialista.
Luego, llega usted al tercer punto y se parcializa cuando dice “no olvidar que el desarrollo economico de la Isla esta afectado por el bloqueo norteamericano cuya incidencia en todas las esferas economicas del pais, ha dejado y deja una huella, con el único interes de promover una sublevacion que culpe al gobierno de la Isla y no al gobierno norteamericano”.
¿Y las culpas nuestras donde caen? ¿Esto es al borrón y cuenta nueva? Elpidio, analice los índices económicos de Cuba en el 1959 y en el 2010, en cuanto a azúcar, boniato, yuca, maíz, carnes, pieles, frutales, etc. ¿Qué tienen que ver los yanquis con eso? Fuimos ineficientes, irresponsables, derrochadores, superficiales. Creímos que el socialismo soviético era para siempre y que esa teta no se secaría. Fuímos unos caballos produciendo marabú, lo que no sabemos es cuando esa planta da frutos ni como se comercializa.
Elpidio, aquí nadie se va a sublevar, porque una gran mayoría quiere consolidar el socialismo, pero el verdadero, como lo hemos calificado: participativo, democrático y decisorio. Aquí aún creemos que podemos consolidar nuestras conquistas, eso de sublevación en Cuba solo es una autosatisfacción mental de la CIA, que de eso viven sus funcionarios.
Discrepo totalmente cuando usted dice que “la lucha en las ideas pasa por las convicciones y los principios de todos aquellos que se llaman patriotas en la Isla y esos son los que en primera y última instancia son los que pondran sus vidas en la primera linea de batalla para salvar el pais y el socialismo”.
Elpidio, en la emigración hay patriotas dispuestos a dar la vida por Cuba. Yo tengo amigos de siempre que emigraron por cuestiones económicas, por alcanzar un futuro mejor, por sentirse en Cuba desatendidos, ultrajados, por sentirse impotentes ante la realidad cotidiana. Se fueron pero siguen queriendo a su patria.
Elpidio, acabo de ver una entrevista de la periodista reaccionaria Maria Elvira a Edmundito, aquel que presentaba el programa “La Gran Exscena”. Hace rato que no veo una defensa tan brillante de nuestra Revolución. Y lo hizo Edmundito allí en Miami, donde campean terroristas como Posada Carriles y Orlando Bosh, que no titubearon en asesinar a los pasajeros de un avión cubano que nunca daño alguno hicieron. Es una entrevista para mostrarla en la Mesa Redonda, para que salgan por unos minutos del monotemático asunto de que el mundo está peor que Cuba.
Cualquiera diría que Cuba está sola si piensas así, cuando Cuba por lo que se ha caracterizado es por ayudar al mundo y recibir la solidaridad de esos pueblos.
Discrepo, Elpidio, con su aseveración de que debemos “Tener una confianza absoluta y una lealtad a toda prueba para con el pueblo, el partido y sus dirigentes”.
Hay que empezar por decirle que el pueblo no es una concepción esotérica, el pueblo, por ejemplo, soy también yo, y me soy muy leal y me tengo mucha confianza. Ahora bien, eso de “absoluta y lealtad a toda prueba al partido y sus dirigentes” nos ha llevado a la debacle. Eso conduce a mitificar al Partido y aquello que se convierte en mito queda estrangulado en la historia. Mitificar excluye la censura, el análisis y el emplazamiento a lo mal hecho, porque al endiosar a un partido estamos aceptando que nunca puede equivocarse.
NO, la confianza absoluta y lealtad a toda prueba debe corresponder al partido y sus dirigentes con su pueblo y con el proyecto que iniciaron el Primero de Enero de 1959 y deben empezar por confiar en las aspiraciones y criterios que de su pueblo emanen. La burocracia ha olvidado eso.
Usted se pronuncia por la necesidad de “producir más, con más eficiencia economica y sin mirar los sacrificios”, y estoy de acuerdo, pero sobre bases diferentes para evitar que de aquí a otra década ese sacrificio sea en vano. Somos deshonestos si volvemos a pedir a nuestro pueblo más sacrificio sin dar un vuelco a nuestras concepciones sobre la propiedad social en el socialismo, una sociedad de productores asociados y cooperativizados, y no de trabajadores asalariados para una economía estatizada. Elpidio, solo asi acabaremos con el burocratismo cuya meta final es volver al capitalismo. No exijamos sacrificios mientras la burocracia vive a todo tren.
Según usted las vacilaciones o titubeos a la hora de enfrentarse al enemigo interno, externo y a los vacilantes y pusilánimes no deben ser admitidos bajo ningun concepto, pues está en juego el pais, el pueblo y el partido.
El enemigo externo para mí está clarito, clarito, al decir del mambisito Elpidio Valdés, pero ¿quienes son para usted los “vacilantes y pusilámenes”? ¿Acaso la vacilación actual del partido para tomar medidas realmente socialistas está incluida para usted en esos pusilánemes?
Está bueno ya de estar acusando a nuestro pueblo de los problemas que enfrentamos a diario, porque si el obrero roba es porque lo necesita para vivir. Elpidio, con quince dólares al mes de salario no vive nadie en Cuba. La culpa no es del que roba, sino del que lo obliga a robar. ´
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